Cuando tienes muchísima prisa y no quieres llegar tarde a un lugar en donde te esperan suele pasar que tratas de recuperar el tiempo que has perdido haciendo todas las cosas de forma más rápida.
No siempre es una buena idea intentar arañar los segundos al cronómetro yendo «a toda pastilla». Lo más normal es que esa velocidad excesiva que necesitas imprimir a todo lo que hagas para tratar de llegar a tiempo al trabajo, a la escuela, a una cita o donde sea, te haga hacer las cosas de forma errónea.
Estoy diciendo que las prisas son malas y te van a hacer cometer errores y los errores implican retrasos y un retraso en el momento en el que menos lo necesitas puede ser algo que te puede traer consecuencias malas.
¿Qué hacer entonces cuando uno tiene prisa? Respuesta: olvídate de robar o ganar el tiempo que has perdido previamente. La mejor estrategia en estas situaciones de estrés es ir sobre seguro y con ello no acumular más retraso. Precisamente esta es la moraleja que lleva implícita nuestra frase estrella de este modesto artículo:
«Vísteme despacio que tengo prisa, porque si me vistes deprisa seguramente me vas a poner la camisa al revés o vas a olvidar ponerme un calcetín con la consiguiente perdida de tiempo haciendo por segunda vez lo que se ha hecho mal»
Ejemplos de uso
Siempre que estés apurado de tiempo y te halles cerca de alguien que pretende ayudarte puedes espetarle la frase «vísteme despacio que tengo prisa». ¡Para usarla no es necesario que te esté vistiendo tu madre, por supuesto!.
- Tú y tu pareja vais a hacer un viaje y tenéis poco tiempo para ir al aeropuerto. Es un momento ideal para decir la frase.
- Tu novia y tú estáis en casa arreglándoos y os dais cuenta de llegáis tarde a una fiesta.
- Un grupo de personas viajáis en coche y el conductor va a toda mecha para no llegar tarde.
En todos estos casos y similares en donde la falta de tiempo amenaza con un indecoroso retraso:
Vísteme despacio que tengo prisa
Expresiones relacionadas
No es fácil encontrar una frase hecha y practicada extensamente por los hispanohablantes que sea perfectamente intercambiable con la expresión estrella del presente post.
Tenemos como ejemplo más parecido y documentado, aunque poco practicado el siguiente consejo salido de la boca de un insigne emperador romano que luego comentaremos:
«Apresúrate Lentamente»
En cierto modo relacionada la frase con la nuestra, pero por supuesto con otro matiz es la archi conocida frase del refranero español e ideal por los que siempre tienen prisa y son poco proclives a los retrasos, a diferencia de las personas a las que se les suele soltar el «vísteme despacio».
«No por mucho madrugar amanece más temprano»
Origen de la frase
Un poco de fábula
No está del todo claro el cuándo, el dónde y el quién referidos a esta frase hecha que estamos analizando. En los Episodios Nacionales de Pérez Galdós se puede leer que el asistente personal de Fernando VII muy atenazado por falta de tiempo ante una inminente reunión del rey, no atinaba a vestirle adecuadamente. Fue cuando su Alteza le advirtió con el «Vísteme despacio que tengo prisa».
La verdad es que la misma historia se repite para los ayudantes de otras insignes figuras como son Carlos III o Napoleón Bonaparte.
Una frase con un sentido idéntico a la nuestra pero recogida muchísimos siglos atrás es puesta en la boca de un todopoderoso emperador romano, el primero ni más ni menos, Cayo Octavio Turino o más conocido como Cesar Augusto. Él dice a su pobre y nervioso hombre de alcoba: «Apresúrate lentamente».
La frase es recogida décadas después por el historiador Gayo Suetonio Tranquilo, pudiéndose leer ésto en su obra «Vida de los Doce Césares», un best seller escrito en el año 121.
Suetonio dice también de este mismo emperador que una de sus máximas favoritas era la siguiente:
«Caminad despacio si queréis llegar antes a un trabajo bien hecho»
La verdad
El griego es la madre de la frase que muchos de nosotros usamos de forma más o menos habitual:
«σπεῦδε βραδέως»
Estas dos palabras significan «Apresúrate despacio». Tienen dos significados opuestos y cuando esto va junto se conoce con el nombre de oxímoron.
Siglos después del extenso uso que los griegos dieron a la frase, los latinos la adaptaron a su idioma como sigue:
«Festina lente»
El tiempo avanza y llegamos al castellano y así a nuestra frase hecha:
«Vísteme despacio que tengo prisa»